sábado, 5 de enero de 2008

Una sola ola

Yo, Eva, amiga y casi familia de las agujas.
Yo, Eva, querida y apreciada por los análisis desde tiempos remotos...
Yo, Eva, hoy, me he cuasimareado. No solo porque me sacaran cinco tubos de sangre y no tuviera mucha puntería el tío (problema de mis venas no es, mis venas son sensibles y cuando la goma aprieta el brazo, enseguida montan una cacerolada y aunque sea por el ruido, son perfectamente localizables; el tío era torpe, eso es todo) sino porque me ha abierto un boquete. Casi hasta se podía mirar a través.
Cuando ha terminado me ha dicho "Y ahora te aprietas fuerte durante cinco minutos (supongo que uno por tubo)"... ¿Es que acaso no sabe que soy una veterana, Mr. Sabelotodo?, pensé. Lo más interesante ocurrió en seguida. Y en seguida demostré que había olvidado la filosofía del análisis y posanálisis. Una tiene que coger su abrigo, su bufanda, su bolso, su lápiz que había dejado encima de la mesa del practicante... y como todo lo que se deja para luego, aquello empezó a ponerse muy feo. La única frase de sosiego que recibí después de mirar todas las caras que había y las que no en aquella sala, fue la de mi practicante: "Mujer, si no te aprietas, eso es como un grifo abierto"...

Salí enfadada del ambulatorio. ¿Es que acaso no sabe que soy una veterana, Mr. Sabelotodo?, volví a pensar. Al llegar a la estación, vi cómo a la gente que esperaba el tren se le caía el ojo derecho. Cada uno empezó a buscar el suyo y lo típico, que si ese ojo es mío, que si no me pises el ojo, que si mamá esa niña rubia se está comiendo mi ojoo... Aproveché ese minuto de confusión para ponerme el abrigo. Parecía como si una ola hubiera llegado por mi izquierda y hubiera terminado a mi derecha. Me repantigué. Así no podía sucederme nada más...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también quiero que se me caiga un ojo, sólo para pasármelo tan bien mientras lo busco, aunque prefiero sentarme lejos de la niña rubia.

Ojalá tuviera las ganas de hacer cosas que tienes tú,en serio,me admiran tus ganas.

Besos de año nuevo recién hechos!

Anónimo dijo...

¿Por que no he de leer tu comentario?. para mi es un gusto. He tenido que leer comentarios de idiotas e imbéciles, eso si es terrible.

Tu eres un oasis en el desierto. Tus comentarios serán bien recibidos.

Donar sangre no es una de las cosas que hago te digo sinceramente. No por que no quiera, si no por que nunca me acuerdo de ir.

Tal vez así entienda sobre la ola.

un beso señorita.
hannibal

Velocet dijo...

Debo decir que me he reído con la desgraciada experiencia de Eva (oh, sí! xDD) Lo siento ^^'

Y con ese último y surrealista párrafo también :)

:***

Globocautivo dijo...

Dios Eva, lo del boquete en el brazo es atípico... espero que te hayas recuperado.
Lo de los ojos que se caen me suena mucho más familiar,tengo una amiga a la que le pasa cada vez que se monta en el autobús; a mi, en cambio nunca me ha pasado, pero estoy deseándolo...
Besos

Anónimo dijo...

¿Y qué dió el análisis? ¿Aprobaste? :P

Anónimo dijo...

Ahá, así que lo de los ojos cayéndose se debía al mareo?!

Todos los ATS son bastante Sabelotodos, yo también soy de las veteranas de las de... "uy!, pero si miras mientras te pincho"... Sí... es que si no me aburro.

Me ha gustado lo del tren. Lo del boquete no. Ains, pobrecita.

sb dijo...

no me había fijado que la gente perdía ojos en las paradas dle tren, debe ser por estar tan ocupado buscando los míos..

Anónimo dijo...

una vez me sacaron 5tubos de sangre
a nadie se le caía nada
me caía yo xdd

Luciérnaga dijo...

Me ha encantado Aída.

Me parecen muy atrevidos tus textos.
No sé, ahora mismo (y a lo mejor peco de ignorante) me atrevería a llamarte vanguardista.

tu estilo es sólo tuyo, y no he leído nunca (y por eso digo lo de ignorante) una forma de escribir que se asemeje a la tuya.

un besito.