sábado, 12 de septiembre de 2009

Arreglar el mundo por la noche

El mundo nos espera

Fue la conclusión a la que llegó Eva después de terminar una noche deliciosa con una camiseta (talla eSe) por regalo que rezaba "Lutte contre le cancer gaulliste".

Cervezas por el suelo y un bar inundado de ese líquido amarillo con espuma blanca y gas brillante. Así empezó. Eva no es del todo torpe, pero su codo y los tercios tienen una relación especial que se ve incapaz de reprimir. Sobre todo por el sentimiento de madre (autoritaria) de después. Pero su pelo siempre lo arregla todo y consigue nuevas cervezas y alguna más de regalo.

Las cervezas de regalo y las shishas de frutas (no eran del bosque) le han descubierto a su pequeño dios. No tiene nombre, pero si lo tuviera, se escribiría en minúscula. Su pequeño dios no llega a fin de mes. Viste "victorias" blancas y calcetines blancos, altos y estirados, por supuesto. (Lo del bañador azul celeste y la camiseta del barça de manga larga son detalles sin importancia). Así vestido estaba dios en minúsculas, cantándoles "Y quién es él... En qué lugar se enamoró de ti"... Un dios aburrido, con poca conversación pero que no se separa de su radiocasette al hombre/o y que conoce el destino de la humanidad y el sentido de la vida. Ese es el dios que no existe.

- La luna es mentirosa, ¿lo sabías?
- ¿Miente?
- Sí, mírala. Parece una C y, sin embargo, es decreciente. Y cuando tiene forma de D no hace más que crecer.
- Mentirosa...

Son secretos que no le cuentan a Eva todas las noches y que piensa guardar porque últimamente no sabe si hacer del mundo algo mejor. Sao Paulo, Singapur, Beijing, Berlín... seguro que allí no saben lo de la luna, ni conocen las cervezas de regalo. Va a tener que explicar muchas cosas.

1 comentario:

lai dijo...

éste año es el bueno,
me chocaré contigo en alguna de esas carreras que me voy pegando por la uni
estoy segura