Escurrió su culo hasta el borde del asiento. A ambos lados se habían sentado trabajadores que volvían a casa después de otro duro y rutinario día. Estaba rodeada y no podía ladear la cabeza contra ninguna pared del vagón. No le quedaba otra opción que recostarse en el respaldo y mirar al techo. Había demasiada luz dentro del tren aunque ya se había hecho de noche. Cerró los ojos. Intentó dormir. Dormir. Dormir. Dormir... Últimamente no sabía hacer otra cosa. Abrió los ojos y dejó entrar la luz. Se había pasado la parada.
Friday Night
viernes, 25 de diciembre de 2009
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7 comentarios:
otra opción es abrir bien los ojos, la vida se escapa si vas con ellos cerrados mirando al techo :)
cierto
no estamos para desperdiciar momentos
:)
Tiene que haber tiempo para todo. Incluso para dormir... Ahora sólo falta saber cuándo :)
La única parada a la que no debe bajarse, es la cardiaca.
Respire, mantenga su pulso y abra los ojos.
Volveré.
durmiendo se desperdicia la vida, siempre lo pienso, me pone nerviosa
Sally Halles: Ya dormiré cuando esté muerta
Dr. Durden: No puedes aparecer de repente e irte así, como si fueras Terminator
un clásico
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