viernes, 25 de diciembre de 2009

Friday Night

Escurrió su culo hasta el borde del asiento. A ambos lados se habían sentado trabajadores que volvían a casa después de otro duro y rutinario día. Estaba rodeada y no podía ladear la cabeza contra ninguna pared del vagón. No le quedaba otra opción que recostarse en el respaldo y mirar al techo. Había demasiada luz dentro del tren aunque ya se había hecho de noche. Cerró los ojos. Intentó dormir. Dormir. Dormir. Dormir... Últimamente no sabía hacer otra cosa. Abrió los ojos y dejó entrar la luz. Se había pasado la parada.

Friday Night

martes, 17 de noviembre de 2009

Este pez ya no muere por tu boca

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Sabina, eras duro, duro de verdad; eras auténtico y tus canciones me salvaban siempre. Ahora creo que te haces viejo y ya no tienes nada que decir. No pasa nada pero tú te empeñas en repetir corazón, Atocha, amor (cínico, eres cínico), tu boca, rubia, minifalda, falda, que muera por ti, enseñarme a besar, cuarenta y diez… Te haces viejo y lo peor de todo: tus versos nuevos riman demasiado.

Y sin embargo, aún necesito escuchar un Contigo de tu boca, que me cantes un rocanrol tranquilo de los tuyos. Tenemos una cita todas las noches desde hace tiempo, pero tú nunca apareces.

15 de diciembre. Avenida Felipe II S/N. Madrid. Contigo.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Sunday nights

Los domingos por la noche no tengo más remedio que tumbarme, escoger el que más me gusta y dejarme llevar:
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Uno http://www.youtube.com/watch?v=UXHo5xlBhgE
y Dos http://www.youtube.com/watch?v=rg9fNo6OK6Y
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lunes, 2 de noviembre de 2009

There is a Light


Por un momento dejó de importarme si eran o no tiempos para los soñadores

miércoles, 23 de septiembre de 2009

De tropiezos va la vida

Eva no hace más que tropezarse últimamente.

Los cuentos de la lechera no son más que zancadillas en el momento sublime de la historia. Eva no deja de pensar qué será de ella dentro de un año, dentro de un año y medio o cuando sea mayor. A Eva le parece bonito conocer bien los lugares, saber dónde están los escalones o los puestos de helados de camino a la Universidad, al zapatero, a los bares, al trabajo… Por si algún día a alguien se le ocurre apagar las luces de la ciudad, que sepa llegar sin linternas, porque a Eva no le gustan las linternas.

Tanto conocimiento y confianza en el mundo presente hace que se olvide de los escalones a la salida del metro, de la marabunta de gente, de las nuevas obras del Ayuntamiento de Madrid… Así que, sin prestar atención, se imagina su vida mañana, hace un año, dentro de dos, o cuando vuelva de China. ¿Cómo será su vida después de haber vivido tres años en China? Tendría un perfecto inglés, un mejor alemán, debido a los dos años que estará trabajando y estudiando allí, y un chino realmente envidiable que nunca tratará de sacar a la luz porque no le gusta presumir, aunque esa actitud ya es bastante petulante… Sin duda es una vida más atractiva que quedarse en Madrid interesándose por las prácticas y los 615 euros y las gracias que le darán como una buena periodista en prácticas. Y entre tanta divagación, desaparecen los peldaños y Eva quiere seguir subiendo. Eso le supone ciertas enemistades con la gravedad cuya fuerza le obliga a doblegarse ante ella (cualquier persona lo habría llamado traspié o tropezón). La gente le mira y nadie entiende ese empeño en levantar tanto las rodillas del suelo a cada paso. Es como si el fin de las escaleras fuera el fin de sus historias, de su música en el émepe-trés, de su posible vida futura… Si no hay más peldaños, significa que ha llegado, que tiene que volver a entrar en el trabajo, en la clase, en casa. Pero más importante que eso es el sofoco que le causa el recuerdo de que casi se deja los dientes al final de la maldita escalera, que ni aquella peli canadiense llena de muertos.

Luego piensa que tantas elucubraciones están fuera del Mundo y de sus límites, que son un sinsentido y que si Wittgenstein despertara, le diría -en alemán- que estaba malogrando el lenguaje lógico por el que él se había desvivido. Que qué narices era eso de divagar gratuitamente sin concentrarse en los hechos actuales, presentes, tangibles. Que ya estaba bien de tanta tontería. Que menos filosofía y más cuidado con los escalones, tontorrona, porque eso es lo que eres. Desde luego.



Asa.Jailer



So you better rearrange your philosophies
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sábado, 12 de septiembre de 2009

Arreglar el mundo por la noche

El mundo nos espera

Fue la conclusión a la que llegó Eva después de terminar una noche deliciosa con una camiseta (talla eSe) por regalo que rezaba "Lutte contre le cancer gaulliste".

Cervezas por el suelo y un bar inundado de ese líquido amarillo con espuma blanca y gas brillante. Así empezó. Eva no es del todo torpe, pero su codo y los tercios tienen una relación especial que se ve incapaz de reprimir. Sobre todo por el sentimiento de madre (autoritaria) de después. Pero su pelo siempre lo arregla todo y consigue nuevas cervezas y alguna más de regalo.

Las cervezas de regalo y las shishas de frutas (no eran del bosque) le han descubierto a su pequeño dios. No tiene nombre, pero si lo tuviera, se escribiría en minúscula. Su pequeño dios no llega a fin de mes. Viste "victorias" blancas y calcetines blancos, altos y estirados, por supuesto. (Lo del bañador azul celeste y la camiseta del barça de manga larga son detalles sin importancia). Así vestido estaba dios en minúsculas, cantándoles "Y quién es él... En qué lugar se enamoró de ti"... Un dios aburrido, con poca conversación pero que no se separa de su radiocasette al hombre/o y que conoce el destino de la humanidad y el sentido de la vida. Ese es el dios que no existe.

- La luna es mentirosa, ¿lo sabías?
- ¿Miente?
- Sí, mírala. Parece una C y, sin embargo, es decreciente. Y cuando tiene forma de D no hace más que crecer.
- Mentirosa...

Son secretos que no le cuentan a Eva todas las noches y que piensa guardar porque últimamente no sabe si hacer del mundo algo mejor. Sao Paulo, Singapur, Beijing, Berlín... seguro que allí no saben lo de la luna, ni conocen las cervezas de regalo. Va a tener que explicar muchas cosas.

lunes, 31 de agosto de 2009

Yo viví en Stuttgart

Hola,

busco a un tal Sergio Temiño que pasó un tiempo en Alemania. Pisó conmigo las flores de la tumba de Mozart, me daba patadas en la boca, se cagó encima en la frontera con la entonces Checoslovaquia y tiene una madre que se llama Carmen. De todo esto hace ya 17 años (teníamos 3 y 4 años)



Por entonces yo era una niña muy mona de pelo corto y ojos grandes

sábado, 29 de agosto de 2009

The world is a vampire

Se acabó el home alone. Ya no estaré más tiempo sola. Aunque empezaba a echar de menos dar las buenas noches a alguien antes de irme a dormir, me gustaba llegar a casa, prepararme un zumo de naranja y echarme al sofá a tomármelo. Sin más, me apetecía, era normal, estaba bien. Creo que soy mejor persona estando sola y es absurdo después de reconocer que merece la pena sonreír y que alguien te vea. Tener malos días y que seas la única que te aguante te ayuda a recordar que no estás dispuesta a soportar actitudes plañideras porque los quejicas son arrogantes que no saben disfrutar y no vas a malograr tan delicioso placer. Bueno, y porque ni tú te aguantas.


Eva es más Eva sola en casa. Eva es bailar sin que nadie piense lo especial que eres o lo imbécil que pareces. Eva es la vuelta en el búho de las dos. Es preparar cena para una a las 10 de la noche o a las 3 de la mañana. Es leer en Vallecas porque no te gustan las alturas pero desde allí parece que Madrid esté a tus pies. Es desperdiciar los metros cuadrados de casa porque una persona no puede ocuparlos todos. Es adueñarse de un piso donde no hay nada más que una nevera que no funciona todavía...


The world is a vampire

lunes, 17 de agosto de 2009

"Nadie dijo que fuera fácil"

Tenía un bol de palomitas frente a ella, un sofá vacío y una televisión apagada. Las palomitas estaban calientes: lo suficiente como para poder comérselas en ese instante y no dejarlas enfriar. Ocurrió uno de esos momentos terribles en que tu cuerpo no responde, no te presta atención, no está contigo, y tú no paras de pensar en cualquier cosa. Sabes que tienes que moverte, que tienes que levantarte y encender la televisión o salir al parque a tumbarte un rato. Pero que no te puedes quedar ahí, quieta, sin ni siquiera comerte las palomitas, que son las únicas que te esperan. No haces nada. Solo piensas en esa frase y te convences de que todo el mundo la asume varias veces en su vida. Suena el móvil. Eva no le hace caso. Solo lo mira. Como si le resultara difícil coger el móvil y decir "no estoy, mejor mañana". Suena el teléfono de casa. No tiene por qué preocuparse de que alguien se despierte porque no hay nadie. Solo un bol de palomitas. No puede evitarlo, el teléfono de casa merece un respeto:

- ¿Sí?
- ¿Te parece normal? ¿A ti te parece normal esto? Di, responde.
- ¿Qué pasa?
- Te diré lo que pasa. Estoy en mi casa. Sola. Viendo un partido de fútbol en La Sexta que no me interesa en absoluto. Es sábado y son las once y media de la noche. Y tú estás sola, en tu casa, seguramente tirada en el sofá viendo alguna peli que no te interese en absoluto, esperando a que pasen las horas
- Pensaba en una frase
- Pensabas SOLA en una frase. Y yo estoy sola en mi casa. Ven y me la dices. Al menos alguien te escucha
- Estoy pensando en ella. No quiero que nadie más piense en mi frase. Es mía. Además, he estado toda la semana por ahí
- ¡Es sábado! Joder, son las once y media de la noche y es sábado! ¿Qué importa el rest de la semana?
- Sí, deberían dejarnos hacer una serie en la Sexta, somos unas tristes
- Eres idiota. Nunca te ha gustado estar sola. Ven, anda
- No sé a quién le gusta menos. ¿Tienes limones?
- ¿Qué?
- Que si tienes limones
- Sí, en la nevera
- Vale. Me visto y salgo para allá. El contrabando de Tequila se va de vacaciones en agosto, baja y compra ron


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Es Ferragosto. Debería estar en Italia celebrándolo con mis abuelas

viernes, 7 de agosto de 2009

La chica de la Pilsner-Urquell

Eva se sentó en el banco, se dejó caer suavemente hasta que el culo quedó fuera del asiento y pudo apoyar la cabeza en el respaldo.

*Así pasan las horas en las tardes de agosto. Sin una nube en el cielo.