
Marcho lejos, un poco lejos, en el fondo no tanto, Méjico lindo siempre quedará más lejos
Es importante saber dónde vas cuando te vas... [...] Cuando te vas, y ya está. La casa propia
(y cuando digo propia digo conocida)
es importante para sentirse bien.
Una se encuentra a gusto en un lugar si no te planteas lo cómoda que estás (mezcla de la segunda y la tercera persona: pasará a la posteridad).
Y me explico:
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Me apropio las casas cuando soy capaz de levantarme por la noche
¿qué más da?, al baño, a darme una ducha, a coger algo de la nevera, a darme una vuelta
sin encender ni una sola luz
y por supuesto
sin que nada se clave en mi estómago, menos en mi dedo meñique del pie.
Entonces, la casa es mía. Mía o para mí.
Mía mía mía, no es tan malo. No significa que solo sea mía.
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"Parece que no, pero no es del mar del que me despedí en su momento
fue del Mediterráneo (Serrat en su silla y yo en la mía)
Parece que no, pero en Madrid o al menos yo puedo olerlo desde aquí
soy capaz de oler recuerdos
No nací al lado de ESE mar, pero le entiendo, le comprendo y lo más importante
es el único que existe
Los demás son prescindibles
tú y yo lo sabemos
todos lo saben"
dejad sonando la canción mientras leéis (si acaso) la "despedida":
- Muchacha, ¿qué te pasa?
- Tengo miedo
- ¿De qué?
- De que se estrelle el avión y me muera
- Nunca antes habías montado en uno?
- Claro, muchas veces, solo que ahora tengo motivos para no querer morirme