miércoles, 13 de febrero de 2008

¡justicia!

Eva, que no come nada que no tenga madre, carnívora a más no poder, hoy ha dado un puñetazo en la mesa y ha dicho ¡justicia! y se ha preparado un puré de verduritas y una manzanita roja

miércoles, 6 de febrero de 2008

¡Rayos y centellas!

Revuelve todo. Levanta los pisa papeles, lanza al aire los folios creyéndose en una película, con más clase y picardía en el argumento que las clásicas norteamericanas, pero con final feliz igual. Ahora tiene que recoger todos los papeles del suelo. La peli tiene final feliz pero es tan poco norteamericana que nadie viene a ayudarle a recoger, ni suena una música triste de fondo. Tampoco aparecen 8 personas que bailan la misma coreografía a la vez. Definitivamente no es una película norteamericana.



Respira hondo, tiene que estar por aquí. Recuerda exactamente lo que escribió: "Appointment Javier: pagar este mes en yenes a los empleados". Aún nadie sabe si Eva estudia en la universidad, estudia por su cuenta o simplemente respira y se inventa mundos, pero lo que está claro es que no trabaja y desde luego que jamás será empresaria. Y punto.



Las hojas tenían un orden, pero como siempre, no están numeradas. ¡Rayos y centellas! ¡Es la última vez que no numera las páginas! ¡Es la última vez que tira los folios al aire para encontrar su agenda en la que no escribe! ¡Y desde luego que es la última vez que espera que suene una canción mientras recoge papeles tirada en el suelo!



Recuerda un pensamiento en el que estuvo trabajando hace pocos días: "¿A que si no es una estadística nunca dices Comunidad Autónoma y sexo en la misma frase?" Eso le despista en su búsqueda. Sigue buscando su agenda con gesto serio en la cara (o al menos lo intenta, ella es una tipa dura y saca el bíceps que no tiene). De nuevo viene a su mente otro pensamiento. Muchas veces busca las llaves y las tiene en la mano, o busca el teléfono móvil, cree que se lo ha dejado en el asiento del metro y está hablando por él... Hay gente que busca el cigarrillo que tiene detrás de la oreja o quien no se acuerda de que se ha comido su trozo de pan y mira furiosamente a los comensales para decidir quién le ha quitado el pan. Todas buscamos las bragas cuando las tenemos puestas y no encontramos nuestro boli preferido que metimos en la nevera por error.



Suena una música. Una de dos: o se pone a bailar o busca desesperadamente la agenda en sus orejas, en su estómago, en su mano, en la nevera o mira a ver si la tiene puesta. Nada, decide que una vez agotas una opción, sólo te queda otra. Se pone a bailar.





*Creer que la vida es triste es como creer en dios, no se debe hacer y además no es cierto